La seguridad alimentaria es un desafío constante para la industria. Cada lote de producto que llega al consumidor debe ser seguro, inocuo y confiable. Para lograrlo, los laboratorios especializados utilizan técnicas avanzadas de microbiología que permiten detectar contaminantes antes de que se conviertan en un riesgo real.

Detección rápida de patógenos

Tradicionalmente, identificar bacterias como Salmonella, Listeria o E. coli podía llevar varios días, retrasando decisiones críticas de producción y distribución. Hoy, los laboratorios aplican métodos de detección rápida, como PCR (reacción en cadena de la polimerasa) y inmunoensayos, que reducen el tiempo de análisis a horas en lugar de días.

Esto no solo acelera la respuesta ante posibles contaminaciones, sino que también minimiza pérdidas económicas y reduce el riesgo de que productos inseguros lleguen al mercado.